martes, 15 de febrero de 2011
APROBADOS POR DIOS
Creo que todos somos conscientes que estamos viviendo una hora de grandes pruebas. Una hora de muchos conflictos y dificultades en el mundo entero y también dentro de la Iglesia, y ante esta realidad, muchas veces nosotros atribuimos al diablo todos los problemas y todo lo negativo que pudiera suceder, pero yo quiero decirles en esta mañana que el diablo jamás hará algo que Dios no le permita hacer. Jamás tocará a alguien del pueblo de Dios a menos que le sea permitido con algún motivo, con alguna causa, con alguna razón. Si pensamos en el caso de Job, cuántas veces uno se pregunta: ¿Porqué tiene que haberle sucedido algo semejante? Pero Dios lo permitió con un propósito, y ese propósito era hacer que Job le conociera, descubriera y despertara a la realidad de ese Dios grande. Muchos cristianos de hoy estamos todavía dormidos espiritualmente; sin entender, sin realizar las cosas, y muchos somos aún, verdaderos niños.
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